Me gustaba ese ir y venir entre las cosas que desconocia,
me agradaba aprender lo mezquino de la sociedad
y la perdiciòn de las almas, y me agradaba aùn màs que fueras tù quien me lo enseñara...
En cierto modo me encantaba el hecho de que ensuciaras mi ropa blanca
con tus manos enlodadas y enredaras mi cabello de esas plantas carnìvoras,
devoradoras de sueños, esas que solìan perseguirte en las madrugadas
en las que llorabas con mi voz del otro lado...
Todas esas veces que estuve ahi con mi insomnio esperando por verte...
Estaba desesperada, flotaba entre el humo de tus cigarros y tus vueltas de campana, erraticamente entre tus verdades a medias y el apocalipsis de tu desequilibrio...
Tarde o temprano sucederìa y me asusta pensar tus intenciones, prefiero recordarte
como solìa creer que te verìa, con tu videocamara, nervioso, moviendote de un lado para otro,
perdido entre tus pensamientos, dopado por algùn calmante y rodeado por mis brazos...
Tengo que aceptar que aprendì de ti y de tus estados de animo, de las paranoias, sabìa reconocer que caerìas, sabìa de tu falta de sueño, de los efectos secundarios de esas pastillas, de tus remordimientos, sabìa que regresarìas hasta ese dìa desde el que no he vuelto a saber de ti...
Sabìa còmo destruirte pero lo evitè...
bueno
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