delirios existentes

Yo siempre he querido ser fotografa y hechar al tacho los sueños del
resto, es más, yo ya me había resignado a morir a morir de hambre y tener mucho
tiempo libre.
Iba a ser genial despertar muy tarde, hacerme una gran taza de café y
salir "volando" de mi departamento con la camara en mano, tomaría el ascensor y
aprovecharia el descenso para pensar el sabor de la donut que escogería de
desayuno mientras me amarro las zapatillas y me DESPEINO.

Llegaría finalmente a algún espacio de mala muerte, apurada, como
siempre (eso no cambiará), a retratar a toda esa gente de poca simetría
sin sextos sentidos en común para seguir tapizando mis propias paredes con MI
arte.

"Aterrizaría" en mi "lugar" bastante tarde como para comer algo más
aparte del supuesto almuerzo que habría de haber conseguido horas antes, muchas
quizá. Me sentaria, cómoda, cerca de alguna ventana y comenzaría de esta manera
mi viaje nocturno con la promiscua literatura, dormiría con mis letras y quizá
desúés de mucho me animaría a publicar algo, quizá un libro sin sentido, con
unas páginas en blanco para la imginación del lector, lleno de imágenes, mis
imágenes, y unos cuantos versos, mis versos.

En "mi sitio" siempre habría vino, hojas y lápices, una cama, ventanas
abiertas y cortinas escondiendo la luz, mucho jazz y más fotos.
Yo sería felíz así, sola, sola con el pasado de "todos los días" entre
mis dedos, inmortalizandolo todo, encontrando el elixir y la piedra filosofal,
saboreandolo TODO.