Éste es mi
problema.
Yo no apostaba
por las mariposas, yo jamás aposté por la emoción, yo aposté por algo más allá
de todo eso, yo aposté por quedarme, por quedarme a pesar de que las cosas se
pusieran horribles, a pesar de las 7 horas de distancia, a pesar del poco
tiempo que sabría que tendrías, aposté por la rutina, por esforzarme en
destruirla, por esforzarme incluso en disfrutarla; yo aposté por mucho más que
lo divertido, aposté por lo aburrido, por las tardes viendo tele, por comer la
misma comida , por hablar tanto que llegara a saber lo que ibas a decir, por
soportar tus defectos cuando ya no me parecieran graciosos. Aposté por las
tardes en las que no tuviéramos tiempo, por las noches en que no pudiéramos
hablar, por los fines de semana en que no nos pudiéramos ver, aposté por no dejar
de quererte aunque no te viera o te sintiera… supongo que por eso aún siento
todo esto, a pesar de haber sabido hace mucho que te irías tú. Aposté por todas
las cosas aburridas, monótonas y cotidianas de tener a la misma persona al lado
por mucho tiempo.
Aposté por eso, no aposté por la
emoción, ni los viajes, ni los restaurantes nuevos, ni las comidas curiosas, ni
las charlas filosóficas en el malecón, ni el verano a carta abierta, ni por
tener el tiempo del mundo, mucho menos por las mariposas en el estómago...
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