viernes, 9 de diciembre de 2011

chau

Me he quedado con el chocolate que compraste mientras el bus nos dejaba, con tus ausencias mirando mis fotografías, con tus ganas de que llame, con tu fuerza retenièndome para que no me fuera de tu lado, con tus ojos miràndome, cìnicos, hasta que desaparecí mientras el tràfico nos separaba. Me quedo con el miedo de encontrarte en los vagones de tren en los que vives, con la esperanza de saber que volveràs, que quizà me quieres o como le llames, que quizà la pròxima vez sì.

Te he dejado con mi declaraciòn de despedida, te he regalado la mitad de mi alma en ese papel, no volverè a sentirme asì nunca, no habrà nadie màs que te pueda leer poemas de Benedetti con el corazòn en la boca, tu boca.



Me quedarè hasta que te hagas agua y te me escurras entre los dedos.



Chau, nùmero tres.

sábado, 3 de diciembre de 2011

reflejos

Hoy descubrì que lo que màs odiamos del 


resto, suelen ser nuestros peores defectos 


reflejados.