viernes, 28 de septiembre de 2012

tengo que amarte, amor

Cuántas noches me he venido preguntando si será ésta la última, si tendrás el valor para decirme las cosas que debería de saber, si te vas a despedir finalmente , si es que acaso será así. Fantaseo con nuestro final, con que te alejas y no importa que ya no huela a madera mi ropa, ni te encuentre cuando salgo y pienso en ti, ni me soples en el cuello cuando estoy distraída... pienso en eso y en el frío y en gente congelada y pienso que aún no tengo hacia dónde escapar cuando me apuntes en la sien con tu nueva arma cargada de verdades que siempre quise saber y que te guardas para usarlas como el cianuro, entre los dientes, durante la segunda guerra.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Remito


Los lentes un centímetro más abajo, he contado dos lunares en tu pecho, he visto tu músculo del cuelllo estirarse, creer que no es tuyo, creer que te he perdido más, ¿más?.

¿Por qué no te enamoras de mi? ¿por qué leemos juntos otra vez? ¿por qué no me acompañas? . Ya, ya, que todos lo saben y que yo me encapricho en que seas tú quien me lo diga, pero de alguna manera lo sé o lo siento, hablo de la resignación, la siento venir como el agua de mar cuando uno es pequeño y se corre de ella. Me caigo. No me quieras así.

¿Qué haremos con Alicia y Nina Simone y la Tana Ferro y Gardel y Veloso y Audrey y las berenjenas y ese restaurante en donde comimos por primera vez-ese que ya no existe-? ¿qué haremos con nuestros viajes, nuestros hijos, nuestras desilusiones y el amor al final de todo porque sí?¿qué hago con las cartas en mi billetera que aún no te entrego y la envoltura del chocolate que compraste para mi el día que decidiste no volver más?

Dime dónde se mandan las postales sin dirección para que no regresen al remitente.

domingo, 9 de septiembre de 2012

¿desde cuándo nos hemos venido despidiendo?


Nosotros, por el contrario, no nos devolvimos los regalos. Nosotros, nos dimos recuerdos para despedirnos; tratamos de comprarnos todo lo que gritara nuestro nombre, como si intentasemos desaparecer de la ciudad  lo que nos pudiese recordar al otro. Retornamos discos de música, agendas, películas, chocolates, abrazos, "por favor no te vayas", besos en la frente, sensaciones... nos dimos lo último... lo último de todo lo que nos unía.