Y asì es como te das cuenta que la prueba que creìas la ùltima, en realidad no lo es, que el dolor que creiste tragar aun te deja el sabor amargo en la garganta, que tu plan contra la autodestrucciòn se derrumba y sigue siendo la misma, y siguen haciendote daño tus curiosas personalidad , que no paran de husmear y no se detienen a preguntar y no se guardan ninguna duda y te apuñalan con las preguntas para las que no tienes respuesta y esperan... esperan tu reacciòn, pero estas lo suficientemente cansada y herida, no es que ya no te duela, es que ya no hay fuerza.
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