lunes, 16 de marzo de 2015

Problema

Éste es mi problema.

Yo no apostaba por las mariposas, yo jamás aposté por la emoción, yo aposté por algo más allá de todo eso, yo aposté por quedarme, por quedarme a pesar de que las cosas se pusieran horribles, a pesar de las 7 horas de distancia, a pesar del poco tiempo que sabría que tendrías, aposté por la rutina, por esforzarme en destruirla, por esforzarme incluso en disfrutarla; yo aposté por mucho más que lo divertido, aposté por lo aburrido, por las tardes viendo tele, por comer la misma comida , por hablar tanto que llegara a saber lo que ibas a decir, por soportar tus defectos cuando ya no me parecieran graciosos. Aposté por las tardes en las que no tuviéramos tiempo, por las noches en que no pudiéramos hablar, por los fines de semana en que no nos pudiéramos ver, aposté por no dejar de quererte aunque no te viera o te sintiera… supongo que por eso aún siento todo esto, a pesar de haber sabido hace mucho que te irías tú. Aposté por todas las cosas aburridas, monótonas y cotidianas de tener a la misma persona al lado por mucho tiempo.

Aposté por eso, no aposté por la emoción, ni los viajes, ni los restaurantes nuevos, ni las comidas curiosas, ni las charlas filosóficas en el malecón, ni el verano a carta abierta, ni por tener el tiempo del mundo, mucho menos por las mariposas en el estómago...

Por eso no huí. ¿cómo te puedes rendir así? Yo hubiera sido feliz un domingo con sol –que detesto-, en la playa -que odio-  sin tema de conversación y contigo quejándote.




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